El Día de la Misericordia de Dios. (Una Visión del Cielo y del infierno)






“El DÍA DE LA MISERICORDIA DE DIOS”
Voz de Trompeta


(TESTIMONIO)





De cierto, de cierto os digo: “El que no entra por
la puerta [Jesús], en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte [diferente a Jesús], ése es ladrón y salteador” (Juan 10:1).”Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen” 
                                                                (Juan 10.9-14).
  



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“El DÍA DE LA MISERICORDIA DE DIOS”


DEL AUTOR

Al Padre, al cordero inmolado por nuestros pecados en la cruz del calvario; nuestro Señor y Salvador Jesucristo, y al Espíritu Santo de Dios sea la gloria, la honra y la alabanza, por siempre. Amén.


BREVE INTRODUCCIÓN

Como cualquier convertido que busca de corazón sincero de Dios, nos reuníamos en una iglesia cristiana en Londres; Inglaterra, una iglesia donde la mano del hombre y la autoridad humana están presentes, donde todo está basado en un crecimiento numérico; usando estrategias humanas y poniendo la mirada en el hombre como la máxima autoridad en la iglesia y no en Cristo como la cabeza de la iglesia. Una iglesia construida sobre una autoridad humana poniéndose el hombre en lugar de Cristo, pero nuestro Dios todo poderoso y compasivo tuvo misericordia de nosotros y nos sacó de una iglesia apóstata donde no se predica sobre la venida de Cristo pero si se predica sobre las bendiciones económicas y la prosperidad, en otras palabras donde se predica un evangelio diferente al evangelio de la cruz que nos guía y lleva a negarnos a nosotros mismos y llevar nuestra cruz cada día, al arrepentimiento y la santidad, mas se predica un evangelio carnal y terrenal.

Pensábamos que íbamos por buen camino pero estábamos ciegos hasta que Dios tuvo misericordia y Él mismo, a través de unas visiones y mensajes dados en medio de un grupo de hermanos; los cuales  nos reuníamos en casa de una hermana para orar nos abrió los ojos y nos quitó la venda. Visiones y mensajes los cuales cumplieron su propósito en nosotros en ese momento y los cuales hoy están disponibles para usted completando así Dios el propósito que también tiene para con usted hoy gracias a la gran; gran misericordia de Dios y en obediencia a lo mandado por el Señor; Gloria a Jesús. No solo para que usted comprenda en alguna manera; la gran misericordia de Dios, sino para que haga un alto, y considere y medite y revise sus sendas y se arrepienta, y se humille, y clame, y se convierta a nuestro Dios y Creador el cual es perdonador “…Pero tú eres Dios que perdonas, clemente y piadoso, tardo para la ira, y grande en misericordia, porque no los abandonaste” (Nehemías 9:17), Gloria a su nombre. En este día grande de misericordia de Dios ocúpate de tu salvación con temor y temblor y apártate; si hoy caminas como nosotros caminábamos ayer por una senda diferente a la que te llevará a la salvación y a la vida eterna y a estar listo y preparado para LA FINAL TROMPETA. Amén. ¡Aleluya¡
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Por las misericordias de Dios dadas a usted y a mí por la gracia de Dios, le ruego, y le suplico en el amor del Señor, que tenga usted paciencia en la lectura desde el principio hasta el final de estos escritos; de esta manera usted podrá comprender mejor el mensaje que Dios tiene para usted en esta hora y el por qué el Señor iba a dejar a la hermana en el infierno, ahí; en medio de la visión, le pido a Dios en el nombre de Cristo Jesús que la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento humano venga sobre usted en esta hora; y que el Espíritu de discernimiento lo acompañe durante todo este tiempo. ¡Amén, Gloria a Dios, Aleluya¡
EL PACTO ETERNO DE DIOS
(Lunes, 29 de Marzo de 2010)

Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones” (Joel 2:28).

Nuestro Dios es un Dios fiel a su palabra, Él es el mismo de ayer, de hoy, y de siempre, Él cumple todas sus promesas y toda palabra que sale de su boca. “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mateo 24:35). Ciertamente, hoy día, vivimos en los postreros tiempos donde el Señor ha derramado de su Espíritu sobre toda carne y muchos siervos y siervas de Dios han visto visiones y sueños cumpliéndose así esta profecía, siendo el Espíritu Santo de Dios derramado sobre jóvenes, ancianos, y niños. El mundo está lleno de testimonios de visiones, sueños y profecías, las cuales son una alerta para que el pueblo se prepare para la pronta venida del Hijo de Dios. La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma…” (Salmo 19:7), “…El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos” (Salmo 19:8). Ciertamente, estamos viviendo los últimos tiempos donde muchas de las señales anunciadas antes de su advenimiento se están cumpliendo. Este testimonio que hoy estoy compartiendo es uno de los tantos que hay por medio de los cuales, el Señor, en su infinita misericordia; está preparando a su pueblo. Amén. ¡Al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo sean la gloria, la honra y la alabanza, por siempre¡

El lunes 29 de marzo de 2.010, casi anocheciendo, mientras compartíamos con mi esposo y un hermano en Cristo, fuimos informados de que una hermana; la hermana Milene, estaba teniendo una visión; por lo que acudimos inmediatamente a su casa junto con otros hermanos más, cuando llegamos, ella estaba muy conmocionada, tenía cubierta su cabeza, las manos con aceite, hablaba en otras lenguas y nos enseñaba con señas unos versículos bíblicos. Cuando ya estuvo calmada, pudimos entender lo que había pasado, un ángel de 


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alrededor de dos metros y medio, vestido de blanco; quien tenía un cordón de oro largo alrededor de su cintura le había aparecido en la sala de su casa, cuando ella lo vio; corrió y se postró delante de él, pero él le dijo que: ¡No se postrara¡ que él solo era un enviado de Jesús, solo “cúbrete tu cabeza” le dijo; y ella buscó rápidamente que ponerse y se cubrió, luego le dijo:  “Busca tu Biblia”, y ella buscó su Biblia, no podía hablar pues se había quedado muda ante la presencia del ángel, se le caían las lágrimas y cayó postrada en la mesita de la sala de su casa mientras buscaba los versículos bíblicos que el ángel le dictaba. El ángel también había vaciado aceite en sus manos de una tinaja de oro que traía consigo. 

Este es el mensaje para el pueblo de Dios:

Isaías 55:3-5
55:3 Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David. 55:4 He aquí que yo lo di por testigo a los pueblos, por jefe y por maestro a las naciones. 55:5 He aquí, llamarás a gente que no conociste, y gentes que no te conocieron correrán a ti, por causa de Jehová tú Dios, y del Santo de Israel que te ha honrado.

Isaías 41:20
Para que vean y conozcan, y adviertan y entiendan todos, que la mano de Jehová hace esto, y que el Santo de Israel lo creó.

Isaías 43:10-11
Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado dios, ni lo será después de mí. "Yo, yo Jehová", y "fuera de mí no hay quien salve".

Isaías 44:3-6
44:3 Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos; 44:4 y brotarán entre hierba como sauces junto a las riberas de las aguas. 44:5 Este dirá: Yo soy de Jehová; el otro se llamará del nombre de Jacob, y otro escribirá con su mano: A Jehová, y se apellidará con el nombre de Israel. 44:6 Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: "Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios".                        

Isaías 51:16
Y en tu boca he puesto mis palabras, y con la sombra de mi mano te cubrí, extendiendo los cielos y echando los cimientos de la tierra, y diciendo a Sion: Pueblo mío eres tú. 

Isaías 57:15
Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: "Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu,  para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados".

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Apocalipsis 22:13
"Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último".

       Amén, Gloria a Dios, Aleluya. Hermanos, este es un llamamiento de parte del Señor para su pueblo, un llamado al arrepentimiento, un llamado para que volvamos a las sendas antiguas, un pacto entre Dios y su pueblo basado en el arrepentimiento; la vuelta a Dios y la obediencia, porque Dios quiere en estos últimos tiempos limpiarnos de todos nuestros pecados, de todas nuestras iniquidades y de todas nuestras maldades; porque Él viene pronto a buscar una iglesia santa, sin mancha, ni arruga. El pacto del Señor con nosotros es un pacto eterno, un pacto lleno de misericordia, con las misericordias de David; por lo cual es para todo aquel que se arrepienta de todo corazón, porque Dios no hace acepción de personas, un pacto para levantar un ejército para los últimos tiempos; un ejército santo, un ejército que testifica y predica la Palabra de Dios, un ejército que enseña la Palabra pura, sin añadiduras, ni defectos, un ejército que se  prepara a sí mismo; y que predica de la pronta venida de nuestro “Rey de Reyes y Señor de Señores”. Un ejército de hombres y mujeres humildes, muchos de ellos no tienen estudios de teología pero están llenos del Espíritu Santo; que abrirán sus bocas y palabras puestas por el Dios Altísimo saldrán de sus bocas dando testimonio y advirtiendo al pueblo para que nos preparemos para la venida del Mesías, hombres y mujeres valientes que no temen al hombre pero que están llenos del temor de Dios. Un ejército de hombres y mujeres que darán mucho fruto de santidad, amor, y fe, que no temerán al hombre porque Dios mismo los cubrirá con sus manos, hombres y mujeres humildes de corazón, que solo anhelan agradar a Dios y servirle de todo su corazón. Aleluya. “Gloria al Señor por su grandeza”. “Gloria al que vive y al que reina para siempre, al que nos ama con amor eterno, al que es, y que era y que vendrá”. “Gloria a Jesús nuestro salvador y nuestro Señor en el cual confió mi alma y fue ayudada”. Amén.

       Hermanos mi alma sigue extasiada como desde el primer momento que escuché tal cosa, al contemplar la grandeza de nuestro Creador, Redentor, y Salvador, pues éste es un pacto de misericordia de los últimos tiempos y es para ti también si inclinas hoy tu oído y oyes atentamente las palabras de nuestro Dios; y si te vuelves a Él con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas, en espíritu y en verdad, si te vuelves al Señor, a nuestro Dios, y te apartas de todo pecado y de toda iniquidad; viviendo en santidad y rectitud delante de Él, siendo humilde a este llamado apreciando su grandeza y su misericordia, pues, Dios no quiere que ninguno perezca sino que todos procedamos al arrepentimiento y alcancemos salvación, aunque muchos son los llamados y pocos son los escogidos, porque pocos son quienes escogen la puerta estrecha y el camino angosto; angosto es el camino que lleva a la salvación. 


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“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan” (Mateo 7:13-14), no esperes a que se cierre la puerta, si hoy oyes palabra de Dios no endurezcas tu corazón; y vuelve a tu hacedor, porque misericordioso y clemente es Jehová; lento para la ira, y grande en misericordia. “… Si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana” (Isaías 1:18). ¡Aleluyas y glorias sean dadas al Señor, a nuestro Dios, a nuestro Creador, a nuestro Redentor y Salvador¡

VISIÓN DEL CIELO
(Miércoles, 12 de mayo 2010)

Este día era día de oración en casa de la hermana, asistíamos con fervor a orar pues, el Espíritu Santo de Dios había guiado días atrás a orar por santidad dentro de la iglesia donde nos congregábamos y Dios había respondido a la oración y se había manifestado gloriosamente durante la reunión de la iglesia del día domingo en medio de una predica la cual hacia un fuerte llamado al arrepentimiento, y a la necesidad y urgencia de santificarnos, y de  vivir una vida santa agradable delante de Dios, aleluya, pues hemos entendido que ese es el mensaje que se debería predicar cada ocho días en las iglesias del Señor; porque sin santidad nadie verá al Señor (Hebreos 12:14). Gloria a Su nombre. No obstante; la hermana había cerrado las puertas de su casa para la reunión por orden del liderazgo de la iglesia, y nos había enviado mensajes para decirnos que la casa de oración se cerraba y que solo oráramos al respecto, pues la hermana estaba teniendo inconvenientes en la iglesia no solo por la duda e incredulidad de la manifestación de Dios a través del ángel enviado por el Señor con este glorioso mensaje para su pueblo; sino también porque en una iglesia con un sistema de liderazgo creado por el hombre pareciera ser que es el Espíritu Santo de Dios el que debe sujetarse a la voluntad del hombre; y no el hombre a la buena, agradable, y perfecta voluntad del Dios viviente, Aleluya, Gloria al Señor, si hoy oyes su voz no endurezcas tu corazón, hoy es día de misericordia.

Sin embargo; sin comprender cabalmente lo que estaba sucediendo asistimos a casa de la hermana sin avisarle porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” (Filipenses 2:13), Aleluya, y porque Él, tenía un propósito grande, el Espíritu Santo de Dios mismo nos había convocado para quitar totalmente toda venda que no nos dejaba ver, gloria a Jesús, y aunque en un principio no entendíamos muy bien, pronto todo tomó forma y sentido luego de leer, meditar, y comprender el mensaje del 
  

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Señor Jesús para su pueblo, dado en medio de la visión, y aunque fuimos comprendiendo mucho más y mejor al respecto con las posteriores visiones y a medida que transcurrió el tiempo hasta hoy; fue suficiente luz para un ciego como lo estábamos nosotros en ese momento. Gracias Señor. ¡Aleluya¡

En palabras de la hermana: Esta tarde estaba muy triste y le dije al Señor: Dice en tu palabra que donde hay dos o tres reunidos en tu nombre, ahí tú estás, pero yo estoy sola, y me acerqué a la ventana de mi sala mirando hacia fuera para adorarle pero terminé llorando por lo que estaba pasando, hoy que era día de alabar y adorar junto con mis hermanos las puertas estaban cerradas para ellos[1]. Cuando de repente empiezo a ver a lo lejos muchos ángeles y una luz radiante que se me acerca más y más y escucho una voz que me dice: “Busca la Biblia y lee”:

Salmo: 84.11-12
84:11 Porque sol y escudo es Jehová Dios;
Gracia y gloria dará Jehová.
No quitará el bien a los que andan en integridad.
84:12 Jehová de los ejércitos,
Dichoso el hombre que en ti confía.

Me senté entonces en el comedor de mi casa en mucho llanto, cuando de repente veo dos ángeles que traspasan la pared y me dan la mano, tenían pulseras de oro y sus nombres escritos en ellas, Marcos y Gabriel. Luego, veo mi propio cuerpo; me veo sentada con los brazos sobre la mesa y como desmayada. Mis hijas trataban de comunicarse por teléfono para pedir ayuda pero en ese momento tengo entendido llegó mi hermana Aura[2]; y detrás de ella mis otros hermanos en Cristo, yo veía a mis hijas y lo que estaba sucediendo pero casi al mismo instante ya no las volví a ver más ni tampoco me entero de lo que sucede durante la visión, sino hasta después que desperté. Cuando me doy cuenta, estoy en el cielo con vestiduras blancas y en calles de oro; caminaba con Marcos y Gabriel, cuando veo una fuente de oro en la que caían muchos bebés, entonces, yo pregunté ¿Qué quiénes eran esos bebés? son los niños de las mujeres que abortaron en la tierra, “nosotros los recogemos acá en el cielo”; respondió Gabriel.  Otro ángel era el que los sacaba y ellos salían con vestiduras blancas, con alas y  



[1] Pese al impedimento, y mi  sujeción al sistema de liderazgo de la iglesia; el Espíritu Santo de Dios no solo había abierto las puertas de la casa de oración, sino que, Él mismo traía a mis hermanos sin que yo me enterara. Excepto por mi hermana Aura de quien sabía vendría a casa a visitarme luego de salir de su trabajo.

[2] Cuando llegué a su casa, aproximadamente como a las siete de la noche, su hija salió apresurada a recibirme, yo le pregunté ¿Qué pasa? mi mamá está en el cielo me respondió, entonces, me apresuré, estaba como desmayada sobre la mesa, la puse en una mejor  posición y la sostuve apoyándola sobre mi cuerpo, apenas yo llegaba cuando detrás de mi empezaron a llegar mis demás hermanos en Cristo mientras yo oraba y escuchaba junto con mis hermanos la conversación que la hermana sostenía con Marcos y Gabriel.


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con una corona en sus cabezas en forma como de hojas; luego Gabriel me dijo: ¡Ven!; ¡Síguenos!, cuando veo una cascada de agua que cae en un mar cristalino; me parecía hermoso, y seguí caminando como por una ciudad mientras veía muchas casas inmensas y hermosas; tenían dos columnas de piedras preciosas, yo entré a una de ellas con Marcos y Gabriel, ésta casa tenía 6 dormitorios; yo pregunté: ¿Qué de quién era esa casa tan hermosa? “Es tu casa”, me respondió Gabriel, entonces yo les dije: ¡Como siempre la había soñado! no se porque dije eso realmente nunca había soñado algo así, era algo muy hermoso, lo que más me impresionó fue unas copas de plata con perlas preciosas y borde de oro que estaban sobre una mesa. Luego me invitaron a salir, ¡Vamos¡ ¡aquí no te puedes quedar¡ me dijo Gabriel, yo salí entonces con ellos por otra puerta en la parte de atrás cuando veo como una luz en el camino y una voz que empieza a gritar mi nombre y cuando veo más claramente era mi hermano; un siervo de Dios que murió hace siete años, yo le dije: ¡Hermano! y nos abrazamos; pero nuestras manos no hacían contacto si no que como que se entrecruzaban, entonces él me dijo: ¡Hermana! ve y dile a nuestra familia que aquí no hay dolor, ni tristeza, ni lágrimas. Luego me dijo: “Tengo que ir a adorar a Dios”,  yo le dije hermano, ¡Espérame! quise seguirlo pero los ángeles no me dejaron: “Todavía no puedes ir a donde está tu hermano”; me dijo Gabriel. Luego, ellos me tomaron de las manos para seguir caminando cuando de repente veo un árbol muy grande con frutos igualmente grandes que luego se convierten como en hojas y una gran luz resplandeciente y una figura de un hombre que venía vestido con vestiduras blancas y sandalias de cristal, la luz pasaba como traslucida por entre dos agujeros que tenía en sus pies y tenía un cinto desde su hombro hasta su cintura que decía: “Rey de Reyes, y Señor de Señores”, yo no podía ver su cara porque era muy resplandeciente, entonces dijo: ”Traigan un libro”, el libro que trajeron era muy grande y ancho; las tapas o la pasta del libro era de plata, ellos lo abrieron y lo colocaron encima como de un pedestal que servía de apoyo; las hojas eran de oro, “Pásenle una pluma” dijo  Él; y ellos me la pasaron.

Marcos y Gabriel permanecían a mi lado, y me dijo Gabriel: ¡Escuchad y escribid! lo que te diga el “Rey de Reyes”, entonces yo empecé a escribir, yo no me acuerdo que escribía en el cielo; pero si recuerdo que cada vez que terminaba de escribir una página un ángel volteaba a la siguiente. En ese momento mis hermanos aquí en la tierra se apresuraron a colocar en mi mano lápiz y papel por el gesto de escritura que yo estaba haciendo. Me enteré de esto y de todos los detalles y del mensaje que quedó escrito tanto en el cielo como en la tierra cuando ya estuve de nuevo aquí, yo soy diestra; pero mi hermana Aura quién sostenía mi cuerpo dice que en un determinado momento, aunque corto, yo escribí parte del texto con la mano izquierda. Mientras estoy escribiendo veo desde el cielo como éste se   


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abre y bajan muchísimos ángeles a la tierra y se ubican alrededor de unas personas, uno en cada uno de ellos quienes están hincados y cerca uno del otro, yo no los distinguía, yo no sabía que eran mis hermanos en Cristo y menos que estaban en mi casa, cada ángel media alrededor de tres metros. El resto de los ángeles se pararon firmemente con los brazos en la cintura enganchados o encadenados sus brazos unos con otros haciendo un circulo alrededor de ellos. Luego, veo que el Señor Jesús baja a la tierra en medio de ese circulo -Él no asienta sus pies sobre ella- y empieza a abrazar a cada uno de ellos, veo que hay una persona que camina entre ellos y el Señor Jesús le sigue mientras le pasa su mano por la cabeza, ahora ya se que era mi hermana Angélica que no estaba hincada; sino que caminaba entre ellos para hacerles saber a mis hermanos lo que el Mesías estaba dictando; y yo escribiendo tanto en el cielo como en la tierra. Luego de ello el Señor Jesús sube y pide a sus ángeles que saquen y derramen sobre ellos “gotas de agua del manantial cristalino”, entonces, yo veo como caen grandes gotas en sus manos desde el cielo a la tierra y continúo escribiendo lo que me dictaba el Mesías, cuando terminé de escribir cerré el libro y después de esto ya no vi más al Señor Jesús. 


Este es el mensaje para el pueblo de Dios:

Jesús los perdonó y viene por una iglesia sin mancha. Se fiel; al sonar la trompeta en un abrir y cerrar de ojos seremos arrebatados. Tienen casas de oro, mar de cristal, no hay llanto ni dolor, los hijos de las mujeres que abortaron Jesús los tiene en su paraíso. Marcos y Gabriel.

 //¡Póstrense!// "Van a tener una experiencia porque le han creído al Rey de Reyes y no al hombre".
                                     
El Alfa y la Omega el que Es, el YO SOY, el primero y el último, el Alfa, el que ha de venir con plumas de oro escribo esto para que se acuerden de este día. No teman, ni desmayen, porque Yo Soy tu Dios; pueblo que le sostengo de su mano derecha. El Galardón es grande, es muy grande.

Salmo 23.
23:1 Jehová es mi pastor; nada me faltará.
23:2 En lugares de delicados pastos me hará descansar;
Junto a aguas de reposo me pastoreará.
23:3 Confortará mi alma;
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
23:4 Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
23:5 Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores;
Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.

23:6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días.

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Salmo 27.
27:1 Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré?
Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?
27:2 Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron.
27:3 Aunque un ejército acampe contra mí,
No temerá mi corazón;
Aunque contra mí se levante guerra,
Yo estaré confiado.
27:4 Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré;
Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida,
Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.
27:5 Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal;
Me ocultará en lo reservado de su morada;
Sobre una roca me pondrá en alto.
27:6 Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean,
Y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo;
Cantaré y entonaré alabanzas a Jehová.
27:7 Oye, oh Jehová, mi voz con que a ti clamo;
Ten misericordia de mí, y respóndeme.
27:8 Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro.
Tu rostro buscaré, oh Jehová;
27:9 No escondas tu rostro de mí.
No apartes con ira a tu siervo;
Mi ayuda has sido.
No me dejes ni me desampares, Dios de mi salvación.
27:10 Aunque mi padre y mi madre me dejaran,
Con todo, Jehová me recogerá.
27:11 Enséñame, oh Jehová, tu camino,
Y guíame por senda de rectitud
A causa de mis enemigos.
27:12 No me entregues a la voluntad de mis enemigos;
Porque se han levantado contra mí testigos falsos, y los que respiran crueldad.
27:13 Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová
En la tierra de los vivientes.
27:14 Aguarda a Jehová;
Esfuérzate, y aliéntese tu corazón;
Sí, espera a Jehová.


Salmo 91.
91:1 El que habita al abrigo del Altísimo
Morará bajo la sombra del Omnipotente.
91:2 Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;
Mi Dios, en quien confiaré.
91:3 El te librará del lazo del cazador,


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91:4 Con sus plumas te cubrirá,
Y debajo de sus alas estarás seguro;
Escudo y adarga es su verdad.
91:5 No temerás el terror nocturno,
Ni saeta que vuele de día,
91:6 Ni pestilencia que ande en oscuridad,
Ni mortandad que en medio del día destruya.
91:7 Caerán a tu lado mil,
Y diez mil a tu diestra;
Mas a ti no llegará.
91:8 Ciertamente con tus ojos mirarás
Y verás la recompensa de los impíos.
91:9 Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza,
Al Altísimo por tu habitación,
91:10 No te sobrevendrá mal,
Ni plaga tocará tu morada.
91:11 Pues a sus ángeles mandará acerca de ti,
Que te guarden en todos tus caminos.
91:12 En las manos te llevarán,
Para que tu pie no tropiece en piedra.
91:13 Sobre el león y el áspid pisarás;
Hollarás al cachorro del león y al dragón.
91:14 Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré;
Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.
91:15 Me invocará, y yo le responderé;
Con él estaré yo en la angustia;
Lo libraré y le glorificaré.
91:16 Lo saciaré de larga vida,
Y le mostraré mi salvación.


Otra vez...

Salmo 23.
23:1 Jehová es mi pastor; nada me faltará.
23:2 En lugares de delicados pastos me hará descansar;
Junto a aguas de reposo me pastoreará.
23:3 Confortará mi alma;
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
23:4 Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
23:5 Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores;
Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
23:6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días.



¡Se abrió, se abrió el cielo; están bajando todos los ángeles!. “Él está aquí”. Está abrazando a Refaat, abrazando a Aura, abrazando a Angélica, abrazando a Martha, abrazando a Rafael. “Yo Soy la vid verdadera; vosotros el pámpano, si este no da fruto es porque separados de mi nada podéis hacer”. Rafael no vuelvas a pecar ya yo te limpie; purifícate sino no podrás ver nada. He mandado 

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mis ángeles, ellos les están entregando gotas del manantial cristalino, esos son los ministerios de cada uno; abran sus manos yo les entrego ministerios no para que los guarden: “Amarás a Dios con todo tu corazón” ; “Ama a tu prójimo como a ti  mismo”. Angélica //¡póstrate!// yo te entrego algo más a ti porque se cuanto me buscáis; yo conozco tu corazón, no te preocupes, yo soy quien tomo el control. Yo Soy el que escudriño lo profundo del corazón//. ¡Todos póstrense!//. Refaat hoy te entrego un ministerio de ir por las naciones. Angélica tu vas a escribir un libro de todo lo que te he mostrado. Aura no te sientas sola yo estoy contigo. Aura no fuiste tu la que viniste fui Yo el que te trajo; porque este día vas a experimentar algo sobrenatural. No necesitan sacarse los zapatos, lo que tienen que sacar son sus pecados. Yo los traje para que vean que “YO SOY”.  Rafael nadie te va a volver a lastimar, he cambiado tu lamento en baile. Elida no hagas nada de mi son los tiempos, las horas, y los minutos. Elida te moveré a otro sitio yo soy el que saco de un lugar a otro no es el hombre porque fuera de mi nada podéis hacer.

Martha ¿Por qué obedeces al hombre?[3] Yo establecí las autoridades de la tierra pero de mi iglesia Yo Soy la autoridad de todo ser vivo todos se postrarán y me adorarán en un solo Espíritu. "Yo Soy el Alfa y la Omega".

Pueblos idólatras, buscan las cosas del hombre y no de Él… ¿Por qué?, ¿Por qué hacen caso al hombre?; ¿Ellos le van a salvar?,  ¿Ellos le van a salvar? No confíen en el hombre; “maldito el hombre que confía en el hombre”… han metido cosas de hombre y me han abandonado. Mi pueblo esta cegado, yo los enceguecí porque se han enaltecido y todo el que se enaltece será humillado, ayunan como los fariseos como los escribas de labios para afuera pero por dentro solo tienen vanagloria de ellos mismos, se engordan con el dinero del huérfano, con el dinero de la viuda, sacaré a los que en verdad confían en mí.

Juan 3.16.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”.

Isaías 41:13
“Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo”

Apocalipsis 22:19 
“Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro”. 


Inmediatamente que terminé de escribir cerré el libro, entonces, Gabriel me dijo: ¡Ven!, y subimos al segundo cielo, ahí habían muchos niños vestidos de blanco caminando de un lugar a otro, también había una ciudad amurallada muy grande. Yo pregunté: ¿Dónde estamos?, en la nueva Jerusalén respondió Gabriel, y que esos niños que veíamos iban a servir a los santos, son los niños huérfanos que mueren de hambre dijo. Eran niños de entre siete y once años de edad aproximadamente.



[3] Esta es la parte del escrito hecho con la mano izquierda.

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Luego me toman de la mano y me llevan al tercer cielo; y en el tercer cielo veo tres tronos como de reyes con una luz muy resplandeciente y unas sillas grandes como a un costado de los tronos entonces, yo pregunté: ¿Qué de quién eran esas sillas? Son las sillas para los veinticuatro ancianos, dijo Gabriel. También había unos ancianos; ¿Quiénes son ellos? pregunté, son los patriarcas de la fe; alcancé a ver el nombre de cuatro de ellos: Isaac, Jacob, Abraham y Moisés, tenían escritos sus nombres como en un pechero blanco, uno de ellos volteo a mirar, era Abraham, yo le dije: ¡Abraham! y el sonrió.  Delante de los tronos había dos filas de ángeles vestidos de blanco en forma paralela, una fila al lado de la otra que llegaban hasta los tronos. Marcos, Gabriel y yo ya no nos podíamos acercar más porque la luz era muy resplandeciente, los dos se postraron a adorar, entonces yo también me postré con ellos para adorar. Luego me dijo Gabriel ¡Vamos! Tenemos que volver, y me dijo también que “En tres días al sonar de la trompeta iría a el infierno”.

Cuando la hermana despertó, estaba muy sorprendida, palpaba los brazos de su hija que estaba a su lado para cerciorarse de que estaba de nuevo en la tierra, estaba muy aturdida, y se preocupó al vernos, no entendía lo que estaba pasando ¿Ustedes qué hacen aquí? Nos preguntó, el ¡Espíritu Santo!; el ¡Espíritu Santo de Dios nos trajo!, le respondimos.


También dijo el Señor:

¡La sangre del Señor ha sido pisoteada, han jurado falsamente!

Pueblo mío: “Oídos tenéis, ojos tenéis, si hacen lo que el pueblo está haciendo malditos sois con maldición; hemos visto, hemos escuchado, no endurezcáis el corazón". "Somos la sal del mundo, la luz que alumbra en la oscuridad”.


       Pueblo de Dios, el Señor está haciendo un llamamiento a su iglesia para que se prepare y se aliste porque la venida del Señor es inminente y en cualquier momento, Él viene a buscar una iglesia Santa, una iglesia pura, una iglesia que haya lavado sus vestiduras, una iglesia que haya sido lavada con la sangre del cordero, una iglesia que es luz para el mundo y sal para la tierra, una iglesia que vive los mandamientos de Dios. “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir a nuestro Señor y Salvador en el aire, y así viviremos eternamente con el Señor” (1 Tesalonicenses 4.16-17), Amén, Aleluya, donde no hay llanto, ni dolor, ni enfermedad, ni lágrimas ni tristeza. Gloria, Gloria, Gloria a Dios, hermanos lavemos las vestiduras con gran diligencia; el galardón es grande, y alegrémonos  

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todos porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. Amén. Aleluya. “En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros” (Juan 14.2). ¡Gracias Señor¡

       Pueblo de Dios, el Señor está haciendo un llamado para que pongamos toda nuestra confianza en Él; y solo en Él, y dejemos de poner la mirada en el hombre, “Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová” (Jeremías 17:7). El Señor está haciendo un llamado para que nos esforcemos y no desmayemos en la recta final, para que perseveremos en Él, en la Palabra y en la verdad hasta el final. “Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo” (Mateo 24:13), arraigados  en la vid verdadera (Juan 15:1), porque sino moriremos (Juan 15:6), y no llevaremos fruto. Pueblo de Dios no nos afanemos ni por el beber, ni por el comer, mas busquemos primeramente el reino de Dios y su justicia, que Él tiene cuidado de nosotros, Él es el buen pastor quien dio su vida por las ovejas. Amén, Señor. ¡No temas! Dónde está el amor no hay temor.

       Pueblo de Dios el Señor vuelve a decirnos que permanezcamos en la vid verdadera, recordándonos que separados de Él; absolutamente nada podemos hacer, y que separados de Él; estamos muertos y derrotados y sin fruto. Permanecer y dar fruto en Él, es obedecer su palabra, sus mandamientos y sus estatutos, es vivir rectamente y en santidad delante de Él. Resumiendo los mandamientos en: “Amar a Dios con todo tu corazón y a tu prójimo como a ti mismo” (Juan 15.4-10), el Señor escudriña lo más profundo del corazón del hombre y Él tiene el control absoluto y total de todo el universo. ¡Grande, glorioso y misericordioso es el Señor, nuestro Rey y creador¡

¡PUEBLO DE DIOS¡ ¡DESPERTAD¡… HOY DIOS POR SU MISERICORDIA QUITA TODA CEGUERA DE SU PUEBLO

Cristo es la autoridad de la iglesia… “Yo establecí las autoridades en la tierra pero de mi iglesia yo soy la autoridad dice el Señor nuestro Dios”

       Pueblo de Dios el Señor nos está exhortando hacia la obediencia absoluta y total hacia Él, y al temor sólo hacia Él, y no hacia a los hombres porque fue Él, Cristo Jesús, quien dio su vida por nosotros en la cruz del calvario, fue “Él quien se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz, por lo cual también Dios le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los 


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cielos y en la tierra y debajo de la tierra” (Filipenses 2.7-10). Glorias, aleluyas, y alabanzas sean dadas al cordero inmolado por los pecadores en la cruz, Él, es el único digno de alabar, de exaltar, y de glorificar por toda una eternidad Amén. Es Él quien nos amó con amor eterno y quien dio su vida por amor en rescate de mi vida y de la tuya, y por eso, fue a Él a quien Dios le dio toda autoridad en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra, y en consecuencia “Él ha sido, es, y será, la cabeza y autoridad de la iglesia por siempre” Amén, Aleluya, y no un hombre, ningún hombre puede sustituir o ocupar el lugar que le corresponde sólo al Señor Jesús como cabeza de la iglesia quien se entregó así mismo por ella  "a  fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha” (Efesios 5:27). Amén.

       Nosotros estábamos en una iglesia con gobierno de hombres, con enseñanzas de hombres, y falsa autoridad espiritual de hombres; porque Jesús jamás ha dado su autoridad como única cabeza de la iglesia a ningún hombre. Porque fue “Él” quien compró la iglesia a precio alto de sangre. Pero el Señor en su infinita misericordia nos abrió los ojos para enseñarnos que todas las autoridades han sido puestas por Él sobre la tierra, sean magistrados –jueces-, superiores, etc, de instituciones humanas, los cuales no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo, porque es servidor de Dios para tu bien (Romanos 13.3-4), -y Él es el Señor de señores y el Rey de reyes de la tierra- pero de la Iglesia, la cual no es una organización, ni una institución, ni menos un edificio, sino algo mucho más grande y más importante la cual ya era parte del plan y del propósito de Dios en Cristo Jesús; “Él”, es la única autoridad, y la única cabeza, y jamás Él ha delegado su autoridad a ningún hombre. “Él es la cabeza de la iglesia y la autoridad de la iglesia”. Amén.

       “…Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su salvador” (Efesios 5: 23), Amén. Jesús es la cabeza, la autoridad, y todos los miembros de la iglesia redimidos por la sangre preciosa del cordero en el mundo entero, sin importar que función desempeñemos; somos el cuerpo, para dar por siempre honra, glorias y alabanzas a nuestro salvador, pensando de nosotros mismos con cordura, no teniendo más alto concepto de sí que el que debemos tener, amándonos unos a otros con amor fraternal, aborreciendo lo malo, fervientes en espíritu, constantes en la oración, sujetándonos al Señor y “aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo” (Tito 2:13), Amén. “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad”, (Colosenses 2.9-10). Aleluya.
        
"Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén" (1 Timoteo 1:17). Amén Señor.

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       Pueblo de Dios, ciertamente estamos viviendo en el tiempo de la “Gran apostasía” profetizada por los apóstoles del Señor y por el Señor mismo. La apostasía es una de las señales más grandes antes de su venida, el apóstol Pablo nos advirtió diciendo: “Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. Nadie os engañe en ninguna manera; por que no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios. ¿No os acordáis que cuando yo estaba todavía con vosotros, os decía esto? Y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se manifieste. Porque ya esta en acción el ministerio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio” (2 Tesalonicenses 2.1-7). El ministerio de la iniquidad ya está en acción. Apostatar en términos generales significa renunciar, apartarse, abandonar, “salirse de” o negar la fe en una creencia o en una religión en particular en la que se ha creído o estado antes para seguir una enseñanza diferente, pero en este caso no estamos hablando de creencias o religiones, sino de renunciar; dejar de lado o abandonar y negar una verdad ciertísima, Cristo Jesús; el Hijo de Dios, nuestro salvador y la renuncia a nuestra fe en Él, desconociendo su sana doctrina, sus mandamientos, sus enseñanzas, sus estatutos y su consejo, es decir yendo en contra de la palabra de Dios, la cual prevalece para vida eterna en Cristo Jesús, Gloria a Dios, y en momentos críticos previos a su gloriosa venida.
    
        Pueblo de Dios, “ABRE TUS OJOS” porque este movimiento apóstata no sale del mundo como algunos piensan y creen sino de la iglesia que ha conocido la verdadera fe en Cristo Jesús: “Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Más si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema” (Gálatas 1:6-9). El hecho de ser declarado anatema significa que es maldito, que no debe ser reconocido por la iglesia de Cristo como proveniente de Dios. Los apóstoles nos advirtieron que en los postreros tiempos se levantarían falsos profetas, 

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falsos maestros, adulterando, cambiando, y dejando a un lado la sana doctrina de Cristo, la palabra pura; la cual prevalece para salvación de nuestra alma, por una doctrina diferente a la de “la santidad sin la cual nadie verá al Señor, ni se menciona la palabra pecado, infierno, negarnos a nosotros mismos, no amar al mundo; ni las cosas que están en el mundo, el arrepentimiento, el juicio venidero y mucho menos se exhorta al pueblo de Dios para velar y estar preparados para la venida gloriosa de nuestro Señor y Salvador Jesucristo”, predicando en cambio un evangelio terrenal, carnal y diabólico; el cual es para perdición eterna, no siguiendo a nuestro Señor Jesucristo y la sana doctrina que es conforme la piedad, sino, siguiendo los propios deseos de su carne y concupiscencias (2 Timoteo 4:3), introduciendo encubiertamente herejías destructoras dentro de la iglesia, las cuales muchos escucharán y seguirán trayendo consigo desprestigio al verdadero evangelio de Cristo; y haciendo aún mercadería con el pueblo de Dios: ”Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme” (2 Pedro 2. 1-3). ”Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores” (1 Timoteo 6:10). Somos la sal del mundo, la luz que alumbra en la oscuridad. La Biblia nos exhorta, nos ordena, nos manda a no ser negligentes con nuestra salvación y a que comprobemos con la escritura en mano si lo que nos enseñan, nos predican, o nos dicen, es conforme la Palabra y la voluntad de Dios o si por el contrario es un espíritu inicuo, mentiroso y engañador, “No mires, no te contamines, no pienses, no escudriñes”, es contra la  Palabra de Dios; es contra la voluntad de Dios, cuanto más si de lo que se trata es de la salvación de nuestra alma: “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo” (1 Juan 4:1), “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo” (Colosenses 2:8). ¿No nos dio Él vida a nosotros, cuando estábamos muertos en nuestros delitos y pecados, andando en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia? (Efesios 2:1-2). ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? (1 Corintios 1:20). ¿No éramos en otros tiempos esclavos del mundo?, ¿Esclavos del pecado?  ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? (Romanos 6:16). 

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Bástanos su gracia, y Su Palabra”. La Palabra de Dios limpia y pura sin añadir ni quitar es suficiente para convertir el alma, para quitar todos nuestros pecados, todas nuestras iniquidades, y todas nuestras maldades “Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia. Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y mas cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4:11-12). “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16). “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” (2 Timoteo 4:3-4). “El Señor me dijo”, “El Señor me reveló”, “El Señor me mostró”, “Así dice el Señor”. “Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina” (Tito 2:1), “Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren” (1 Timoteo 4:16). Gloria al que vive por los siglos de los siglos. Amén, Aleluya.

       Pueblo de Dios, este gran movimiento apóstata profetizado antes  de su gloriosa venida ya se ha hecho manifiesto, y está dentro de la iglesia del Señor hoy: “Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros” (1 Juan 2:19). “Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios” (1 de Juan 3:9). “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios” (1 Timoteo 4:1). Muchas iglesias del Señor en el mundo entero han abandonado la verdadera fe que es en Cristo Jesús, Creador, Maestro, Señor y Salvador nuestro, y Su sana doctrina que es para salvación eterna de nuestra alma. Han negado al Señor que los rescató escuchando a "espíritus engañadores" y a "doctrinas de demonios", siguiendo a hombres; y no a Cristo, lo cual se llama "idolatría", siguiendo enseñanzas y doctrinas de hombres las cuales son como hechicería; apartándonos de la sana doctrina de Jesús, mezclando la “Palabra del Dios Santo”; la sabiduría del Dios Misericordioso que es para vida eterna, “con el mundo”; con “cosas de hombres”, contaminando así el santo altar de Dios y profanando su santo nombre, cambiando también la alabanza y la adoración celestial por música mundana y sensual, no haciendo diferencia, ni distinguiendo entre lo santo y lo profano. Cuando las cosas de Dios son santísimas y tampoco son de uso comercial; no están para la venta ni son para la compra, Gloria al Señor, Aleluya; pues es don de Dios: "Sus sacerdotes

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violaron mi ley, y contaminaron mis santuarios; entre lo santo y lo profano no hicieron diferencia, ni distinguieron entre inmundo y limpio; y de mis días de reposo apartaron sus ojos, y yo he sido profanado en medio de ellos. Sus príncipes en medio de ella son como lobos que arrebatan presa, derramando sangre, para destruir las almas, para obtener ganancias injustas” (Ezequiel 22:26-27). El pueblo de Dios ha sido extraviado por engañadores que han introducido el mundo dentro de la iglesia; cambiando el evangelio Santo de Dios por enseñanzas y doctrinas  diferentes a la de Cristo Jesús, nuestro Señor, y Salvador, donde ya no se predica más sobre el mensaje del arrepentimiento, el mensaje de la santidad y no se exhorta, ni se reprende el pecado, mas se tolera “Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo (Gálatas 1:10), y la iglesia está escuchando el consejo de hombres, amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno,  traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán “apariencia” de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita (2 Timoteo 3.2-5). “El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo” (1 Juan 2:10). Hombres carnales –no espirituales- que rebelándose contra la santidad de Dios y sus mandamientos, y amando al mundo más que a Dios han hecho de la piedad una fuente de ganancias injustas e incitan al pueblo de Dios a pecar, hombres sin escrúpulos que cambiaron el mensaje de la salvación por otro evangelio que clama por un reino terrenal, un evangelio diabólico, antibíblico que incita al pueblo de Dios a amar al mundo y a las cosas que están en el mundo: codicia, avaricia, riquezas, materialismo, vanagloria, lujuria con el mundo y demás cosas temporales del mundo, “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas” (Mateo 6:24). Pueblo de Dios, ¡Despierta! quien hace del mundo un ídolo el amor del Padre no está en él: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él” (1 Juan 2:15). Y está enemistado contra Dios: ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios (Santiago 4:4). “Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre” (1 Juan 2:23). El que desecha al Señor Jesús, desecha también al Padre que lo envió: El que a vosotros oye, a mí me oye; y el que a vosotros desecha, a mí me desecha; y el que me desecha a mí, desecha al que me envió” (Lucas 10:16). “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6). Enemigos de la cruz de Cristo; cuyo dios es  

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el vientre; que sólo piensan en lo terrenal, mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador; al Señor Jesucristo, Aleluya. Un evangelio terrenal que incita a la codicia, a la avaricia; la cual es idolatría; por la cual la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia (Colosenses 3:5-6). Cuando la Biblia, la Palabra del Dios eterno, nos exhorta a tener contentamiento; el contentamiento trae paz y nos aleja de la avaricia que es un pecado que nos lleva a la muerte eterna. El amor al dinero es el origen de todos los males; “Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales. Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores” (1 Timoteo 6.3-10).

       El evangelio de la prosperidad, incita al pueblo de Dios a buscar las añadiduras, alejándolo del “verdadero mensaje de la salvación”, cuando el Señor nos exhorta precisamente a lo contrario: “No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas” (2 corintios 4:18), Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6.33). Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. “Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré” (Hebreos 13:5). Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. También les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho. Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos? Y dijo: Esto haré: derribare mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para si tesoro, y no es rico para con Dios (Lucas 12.15-21). “No os hagáis  tesoros en la tierra,  donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino   

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haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan” (Mateo 6.19-20). “Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna” (Gálatas 6:8). Gloria al Señor, Aleluya. 

       El evangelio de la Salvación; “EL EVANGELIO DE LA CRUZ”,  nos insta a negarnos a nosotros mismos; todos los días de nuestra vida, a renunciar a nuestra propia voluntad; hasta la muerte misma, creando una total dependencia de Él. “Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” (1 Juan 2:16-17). Gloria al Señor. Todo lo que hay en el mundo es pasajero, temporal, efímero, pero lo que viene de arriba del “Padre de verdad” es eterno, y quien hace Su voluntad permanece para siempre; no morirá. Gloria al Señor, Aleluya. Esta es la vida que llevó Jesús, una vida de obediencia y dependencia total con la voluntad del Padre. Jesús no tenía sus propios pensamientos y sus propios proyectos, sino los pensamientos y proyectos de su Padre. Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió”. ”Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero” (Juan 6:38;40). Gloria al Señor. Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo“ (Juan 17:24). “Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse” (Romanos 8:18). Aún así; era  demasiado caro para el joven rico que tenía que negarse a sí mismo renunciando a su propia voluntad, a los caprichos de su corazón, a sus tesoros terrenales  -para hacer tesoros en el cielo; siendo rico para con Dios-  tomando su cruz y siguiendo a Jesús (Marcos 10:21). Pero no para los verdaderos discípulos de Jesús. Gloria al Señor, Aleluya. Y decía a todos: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará. Pues ¿Qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo? Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras, de éste se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria, y en la del Padre, y de los santos ángeles” (Lucas 9:23-26). Aleluya, ¡Cristo vive, reina y viene¡

       “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12). Gloria a Jesús; nuestro Señor y Salvador. El verdadero evangelio de Dios; “El evangelio de la cruz”, nos conduce a Cristo;  


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haciéndonos discípulos de Cristo, guardando su doctrina, su Palabra, sus mandamientos; sin negarle, siguiendo sus pisadas, en obediencia y total dependencia de Él, y en amor: “El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno” (Romanos 12:9). La palabra cristiano significa ser seguidor de Cristo, y Él dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí “, “niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame”, entonces, “Negarse a sí mismo”, y "tomar nuestra cruz cada día", y seguirle a Él, es un requisito indispensable para poder ser discípulo suyo, y ser digno de Él, y entrar en el reino de Dios, no habiendo nada más importante que Él: “Y todos a una comenzaron a excusarse. El primero dijo: He comprado una hacienda, y necesito ir a verla; te ruego que me excuses. Otro dijo: He comprado cinco yuntas de bueyes, y voy a probarlos; te ruego que me excuses. Y otro dijo: Acabo de casarme, y por tanto no puedo ir”  (Lucas 14.18-20). Ni nadie más importante que Él: Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas... no puede ser mi discípulo”. (Lucas 14:26-27);  (Mateo 10.37). Ni aun nuestra propia vida; muriendo completamente al “yo”, a mi voluntad, y a la carne: Si alguno viene a mí, y no aborrece... y aun también "su propia vida", no puede ser mi discípulo (Lucas 14:26); y naturalmente al mundo: “… por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo” (Gálatas 6:14), y sin mirar atrás: Y Jesús le dijo:” Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios” (Lucas 9:62). Recibiendo éste llamado, y siendo convidados a la “Gran Cena del Señor”, no somos dignos del reino de Dios, si no nos “Negamos a nosotros mismos”, "tomamos nuestra cruz cada día"; y "vamos en pos de Él". “Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo” (Lucas 14.33). El verdadero evangelio es aquel que me enseña como negarme a mí mismo; y crucificarme con Cristo, el verdadero evangelio es el que me enseña a como permanecer en Cristo, el verdadero evangelio es el que me enseña que ya no vivo yo; mas Cristo vive en mí: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20). Ya no más mentiras salen de mi boca, ya no más borracheras, ya no más robos, ya no más avaricia, ya no más idolatrías, ya no más chisme, ya no más murmuraciones, “Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado”, (Romanos 6.4-7). “Porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis” (Romanos 8:13). ¿Estoy dispuesto a negarme a mí mismo por Cristo?, ¿Estoy dispuesto a dejar el pecado por Cristo?, ¿Estoy dispuesto a renunciar a mi amor al mundo y las cosas del mundo por Cristo?, ¿Estoy dispuesto a dejar mi orgullo y hablar con aquella persona que me hizo tanto daño; estoy dispuesto a perdonarla por Cristo?, ¿Estoy dispuesto a negar mi amor a las vanidades del mundo por Cristo?, ¿Estoy dispuesto a decir no a mi autoestima y mi amor propio soportando humillaciones y desprecio por Cristo? El evangelio de la cruz, nos lleva al arrepentimiento, a la santidad y a la  

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justicia. Necesitamos arrepentirnos de nuestros pecados, confesar nuestros pecados, aborrecer el pecado, y apartarnos de todo pecado, dando frutos de digno arrepentimiento y viviendo una vida santa y en justicia, siendo imitadores de Jesús. Aleluya. “Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará” (Lucas 9:24); (Lucas 17:33). El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará” (Juan 12:25).

       “El EVANGELIO DEL ARREPENTIMIENTO”. El llamado de Dios no es para los justos “Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda. No hay quien busque a Dios” (Romanos 3.10-11). El llamado de Dios no es para los buenos; porque ninguno hay bueno, no hay ni siquiera uno “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23). Pero, el llamado de Dios es para nosotros los pecadores y es un llamado al arrepentimiento: “… Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento” (Mateo 9:13). El verdadero arrepentimiento no es un sentimiento, tampoco son solo unas palabras de “lo siento”, o “disculpas”, que salen de mi boca. El verdadero arrepentimiento es una actitud donde derramo mi alma humillándome delante de Dios, confesando mis pecados, avergonzado por mis pecados; avergonzado por el daño que hecho contra Dios y contra mi prójimo, es un profundo arrepentimiento; de todo mi corazón, y de toda mi alma; clamando por el perdón de nuestro Dios, porque todo pecado es contra Dios: “Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos…” (Salmos 51:4). El arrepentimiento verdadero empieza con confesar nuestros pecados, y acto seguido; apartarnos de todo pecado: “El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia” (Proverbios 28:13). El verdadero arrepentimiento trae consigo imprescindiblemente frutos de digno arrepentimiento, estos frutos, son la evidencia de un cambio verdadero y visible en mi vida, ya no soy el mentiroso de antes, ya no soy el borracho de antes, ya no soy el rencoroso de antes, ya no soy el adultero de antes, ya no soy el fornicario de antes  -ni del espíritu, ni de la carne-  ya no más codicias, ni avaricias, ahora vivo en santidad; ahora soy “nueva criatura en Cristo Jesús”, porque no hay un nuevo nacimiento; sin arrepentimiento, por lo cual, no hay salvación sin un verdadero arrepentimiento: “Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento” (Mateo 3:8). Amén Señor.

       “Si te volvieres, oh Israel, dice Jehová, vuélvete a mí. Y si quitares de delante de mí tus abominaciones, y no anduvieres de acá para allá, y jurares: Vive Jehová, en verdad, en juicio y en justicia, entonces las naciones serán benditas en él, y en él se gloriarán. Porque así dice Jehová a todo varón de Judá y de Jerusalén: Arad campo para vosotros, y no sembréis entre espinos. Circuncidaos a Jehová, y quitad  

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el prepucio de vuestro corazón, varones de Judá y moradores de Jerusalén; no sea que mi ira salga como fuego, y se encienda y no haya quien la apague, por la maldad de vuestras obras” (Jeremías 4.1-4). 

Pueblo de Dios, la paciencia de Dios es para guiarnos al arrepentimiento. ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al ARREPENTIMIENTO? (Romanos 2:4).  “El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio” (Marcos 1:15). Aleluyas, glorias y alabanzas a nuestro Señor y Salvador Jesucristo. “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al ARREPENTIMIENTO”. (2 Pedro 3:9). Gracias Señor.

       “EL EVANGELIO DE LA SANTIDAD”. Hermanos, el verdadero evangelio predica la santidad; porque el que nos llamó es Santo “Como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: SED SANTOS, PORQUE YO SOY SANTO“ (1 Pedro 1:15-16), y sin santidad; nadie verá a Dios: “Seguid la paz con todos, Y LA SANTIDAD, SIN LA CUAL NADIE VERÁ AL SEÑOR” (Hebreos 12:14). El verdadero evangelio exhorta y reprende el pecado, la iglesia de Cristo no debe tolerar el pecado en medio de ella, y por amor, debemos exhortar al hermano que practica el pecado, no es amor ver a mi hermano desviándose del camino de la verdad; yendo al camino de la perdición, y no exhortarlo: “La Palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría…” (Colosenses 3:16). “Sabiendo que fuisteis, rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como un cordero sin mancha y sin contaminación” (1 Pedro 1.18-19); purifiquemos nuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro; siendo renacidos no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre (1 Pedro 1.22-23). “Para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos” (1 Tesalonicenses 3:13). Nosotros los creyentes debemos santificarnos todos los días; en todo momento, a cada instante, y por completo; absolutamente todo nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo perfeccionando así la santidad en el temor de Dios; viviendo irreprensibles en santidad, porque el Señor viene a buscar una iglesia santa, sin mancha, ni arruga, ni cosa semejante. “Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda


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contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios” (2 Corintios 7:1). Limpiémonos entonces de toda obra de la carne: idolatrías; adulterio; fornicación; -de la carne y del espíritu- mentiras, chismes, murmuraciones, herejías, codicias, avaricia, robos, hechicerías, contiendas, altivez, orgullo, soberbia, vanidad, vanagloria, injusticia, y demás obras de la carne; porque los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. (Ver: Gálatas 5.19-21; Efesios 5:5; Habacuc 2:9; 1 Pedro 4:3; 1 Corintios 6:9-10). Habiendo crucificado la carne, ya no andemos más conforme la carne; según sus deseos y concupiscencias; sino como es digno del Señor, si vivimos por el Espíritu; andemos por el Espíritu, llenos del Espíritu, siendo guiados por el Espíritu; dando frutos del Espíritu, frutos de amor, de paz, de benignidad, de templanza, de verdadera fe: “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.  Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos” (Gálatas 5.22-24). “En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos” (Juan 15:8).  Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos” (Apocalipsis 2:20). “Santificaos, pues, y sed santos, porque yo Jehová soy vuestro Dios. Y guardad mis estatutos, y ponedlos por obra. Yo Jehová que os santifico” (Levítico 20.7-8).

      “EL EVANGELIO DE LA JUSTICIA”. El verdadero evangelio; “El evangelio de Cristo”, nos lleva a la justicia: “EL CAMINO DEL JUSTO ES RECTITUD; TÚ, QUE ERES RECTO, PESAS EL CAMINO DEL JUSTO” (Isaías 26:7). Ser justo es ser recto, siguiendo y obedeciendo los mandamientos y estatutos de Dios, el justo busca agradar a Dios y hacer Su voluntad en todo; y no su propia voluntad, y en todos sus caminos teme a Dios. Un justo es una persona que no sólo cree en Dios y tiembla; si no que también hace Su voluntad. Un justo ama a Dios con todo su corazón, su alma, sus fuerzas, y muerto al pecado vive para Dios en Cristo Jesús; vive en santidad, y lleva mucho fruto para Dios, frutos de justicia. Un justo ama a su prójimo como a sí mismo, ama a sus enemigos, los bendice, les hace bien, y ora por ellos (Mateo 5.44-46). Un justo se aparta del mal, busca la paz y la sigue. Un justo es una persona que practica el bien y la justicia. Un justo es una persona temerosa de Dios que apartada del mal aprende a hacer el bien; busca el juicio, restituye al agraviado, hace justicia al huérfano, ampara a la viuda. (Isaías 1:17). Un justo desata las ligaduras de impiedad, suelta las cargas de opresión, y deja ir libres a los quebrantados, y rompe todo yugo. Un justo hace el bien y la misericordia. Parte el pan con el hambriento, alberga a los pobres errantes en casa, cubre al desnudo cuando lo ve, y no se esconde del hermano. Un justo quita de en medio de él el yugo, el dedo amenazador, y el hablar vanidad, da su pan al hambriento y sacia el   

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alma afligida (Isaías 58). Un justo es un hombre prudente que ha edificado su vida sobre la roca y no es oidor olvidadizo de lo que le enseña su Maestro, su Salvador, su Señor, y su fuerte confianza es Jehová. Un Justo hace ruegos, súplicas y oraciones por él, por los suyos, por los demás hermanos, y por sus enemigos, y espera confiadamente en el Señor, porque entiende la buena, agradable, y perfecta voluntad de Dios y en Él está su fortaleza. Un justo no tiene ninguna deuda de amor, y ora por  la paz, protección, y salvación de Israel. Un justo predica a su esposa (so), hijos, a sus padres, a su familia, al mundo no solo con la boca sino que también testifica con su vida, porque esto es un mandamiento de Dios. Un justo es la sal del mundo, la luz que brilla en la oscuridad. Un Justo adora al Dios, Eterno, Santo, Santo, Santo, y en espíritu y en verdad, y ayuna, y ora, porque esto es agradable delante de Dios. Un Justo es un siervo que vive para estar al servicio del Dios que le amó con amor eterno y nunca jamás busca su propio beneficio sino el de los demás. Un justo guarda el día del Señor. No para andar en sus propios caminos. Un Justo jamás guarda odio ni rencor en su corazón, sino que es perdonador y misericordioso; como también nuestro Padre es misericordioso. (Ver: Marcos 11.25-26; Mateo 6.14-15). Un Justo tiene los frutos del Espíritu, porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios (Romanos 8:14). Un Justo no anda en la mentira sino que ama la verdad, no se goza de la injusticia; mas se goza de la verdad.  Un Justo llora y sufre por hacer lo agradable ante el Creador. Un justo se humilla ante Dios porque el espíritu quebrantado; el corazón contrito y humillado no despreciarás tú, Oh Dios. Un Justo tendrá victorias pero también tendrá aflicciones y pruebas. Un Justo no es altivo sino humilde. Un Justo no tiene más alto concepto de sí mismo que el que debe tener. Un Justo sufre persecuciones, penalidades y pruebas por amor a Cristo, pero en medio de todas estas cosas es más que vencedor por medio de aquel que le amó. Un justo es todo lo anterior y aun más. El justo es uno que ya no vive él, mas Cristo vive en él. Un justo es aquel que negándose a sí mismo, como el apóstol Pablo, ha estimado todas las cosas como pérdida por amor de Cristo -Quién nunca dejó de ser su primer amor- por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, para ganar a Cristo y ser hallado en él, no teniendo su propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe: “Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe” (Filipenses 3.7-9). “Mas el justo vivirá por fe; y si retrocediere, no agradará a mi alma. Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma” (Hebreos 10.38-39). “Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aun más y más   

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en ciencia y en todo conocimiento, para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo, llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios” (Filipenses 1.9-11).  Pueblo de Dios, somos el pámpano; si permanecemos en la vid verdadera [Jesús], llevaremos mucho fruto (Juan 15.1-5). Gloria al Señor.

“Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que guarda su Palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo” (1 Juan 2.3-6). El justo es aquel que ha nacido de Dios porque sus obras son obras de justicia: “Si sabéis que él es justo, sabed también que todo el que hace justicia es nacido de él” (1 Juan 2:29). ”Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre". El que tiene oídos para oír, oiga (Mateo 13:43).

       “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación” (Santiago 1:17). Si Dios no perdonó a los ángeles cuando pecaron, aquellos ángeles caídos que siguiendo a Satanás se revelaron contra Dios; los cuales, El Señor los entregó a prisiones de oscuridad, y no perdonó al mundo antiguo; trayendo el diluvio sobre el mundo de los impíos, ni perdonó a Sodoma ni a  Gomorra; reduciéndolas a ceniza, tampoco perdonará a la cristiandad apóstata:  “Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio;  y si no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de los impíos; y si condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, reduciéndolas a ceniza y poniéndolas de ejemplo a los que habían de vivir impíamente, y libró al justo Lot, abrumado por la nefanda conducta de los malvados (porque este justo, que moraba entre ellos, afligía cada día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos), sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio; y mayormente a aquellos que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia, y desprecian el señorío…” (2 Pedro 2:4-10).  

         Así pues, ¡ENDEREZAD EL CAMINO DEL SEÑOR¡ “Líbrame de mis enemigos, oh Jehová; en ti me refugio. Enséñame a hacer tu voluntad, por que tú eres mi Dios; tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud” (Salmo 143.9-10). “Tenemos también la palabra profética más segura   


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[La Biblia], a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada” (2 Pedro 1.19-20). “Y habrá allí calzada y camino, y será llamado Camino de Santidad; no pasará inmundo por él, sino que él mismo estará con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviará (Isaías 35:8). Gracias Señor. Gloria al Señor. Aleluya.


VISIÓN EN EL INFIERNO 
(Viernes, 14 de mayo 2010)

Hoy viernes es día de ayuno, el Señor nos había convocado el día anterior a un día de clamor y ayuno con esta palabra: “Los ojos de Jehová están sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos” (Salmo 34.15). Quedamos de reunirnos este día en casa de la hermana alrededor de las siete de la noche para terminar o entregar el ayuno y compartir juntos una cena. De repente; mientras alabábamos al Señor y esperábamos a los demás hermanos que estaban en camino, la hermana empezó a sentirse mal, le dolía el corazón, sentía mucho frío, y se puso muy angustiada y temerosa, supimos entonces que había llegado el momento en que la hermana sería llevada por el Señor al infierno[4]. La cubrimos entonces con un abrigo mientras que tomaba atenta nota de lo que el Señor iba diciendo a través de su voz, esto dijo el Señor Jesús:


“Yo Soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino es por mi. Donde está el amor no está el temor”...

Milene se va a ir por abajo, va a ir a la boca del infierno.


Este es el mensaje del  Señor para su pueblo:

Salmo 13.3-4
13:3 Mira, respóndeme, oh Jehová Dios mío;
Alumbra mis ojos, para que no duerma de muerte;
13:4 Para que no diga mi enemigo: Lo vencí.
Mis enemigos se alegrarían, si yo resbalara.

Isaías 25.8.
Destruirá a la muerte para siempre; y enjugará Jehová el Señor toda lágrima de todos los rostros; y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque Jehová lo ha dicho. 



[4] Aunque, esperábamos según nuestras cuentas que la hermana fuese llevada al infierno al día siguiente; es decir el día sábado, y no hoy viernes, según había dicho el ángel Gabriel, el Señor, había contado tres días incluyendo el día miércoles; día de la visión en el cielo.


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Salmo 46. 10-11
46:10 Estad quietos, y conoced que yo soy Dios;
Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra.
46:11 Jehová de los ejércitos está con nosotros;
Nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah

Salmo 43. 4-6
43:4 Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida. 
43:5 No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu generación, y del occidente te recogeré. 
43:6 Diré al norte: Da acá; y al sur: No detengas; trae de lejos mis hijos, y mis hijas de los confines de la tierra, 

Salmo 28.7
Jehová es mi fortaleza y mi escudo;
En él confió mi corazón, y fui ayudado,
Por lo que se gozó mi corazón,
Y con mi cántico le alabaré.

Salmo 33.18
 He aquí el ojo de Jehová sobre los que le temen,
Sobre los que esperan en su misericordia,


Nos postramos y seguimos adorando al Señor, y a las siete de la noche aproximadamente, llega un ángel con su trompeta -y le pasa otra trompeta al hermano Refaat- y al sonar de la trompeta la hermana se desmayó, trajimos entonces almohadas y la recostamos sobre el piso.

En palabras de la hermana: vi cómo se abrió el piso de la sala y al Señor Jesús que me toma de mi mano, empezamos a entrar por un túnel como en forma de cuerno muy oscuro y ruidoso, bajamos a la boca del infierno, un lugar muy grande; las llamas eran altas y se escuchaban gritos desesperados. El infierno tiene la forma de un cuerpo, el Señor Jesús dijo: “La lengua es el lago de fuego, donde hay azufre que arde como un volcán”. Nuevamente volvimos a subir a la boca y empezamos a caminar y me muestra a un hombre que estaba gritando; atormentado por el fuego y el gusano, dijo el Señor Jesús: “Él es Hitler, él hizo mucho daño a mi pueblo”, seguimos caminando cuando veo a muchas personas… ¿Quiénes son ellos?, le pregunté al Señor, “Ellos son mi pueblo judío; ellos por desobedientes están ahí” dijo con su voz quebrantada. Luego me tomó de la mano y seguimos caminando, cuando veo a una mujer muy atormentada que gritaba y gritaba, ¡Dame agua mujer! me dijo, yo angustiada le dije que no tenía, ¿Quién es ella? le pregunté al Señor, “Ella es la princesa Diana” respondió Jesús. Seguimos caminando, cuando veo a un hombre con la cara desfigurada que saltaba desesperadamente una y otra vez, ¿Quién es él? le pregunté, Él es Michael Jackson” respondió, los gusanos le atormentaban y el fuego le consumía, seguimos caminando 


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y mientras lo hacíamos los demonios le abrían paso y explotaban como globos delante de Su presencia. Decían: ¿Por qué nos atormentas antes de tiempo? El Señor Jesús les respondió: “Muy pronto les llegará la hora”.

Luego me hizo salir por el túnel y me llevó al país de Puerto rico. Dijo el Señor Jesús: “Puerto Rico: pueblo idólatra y hechicero”. Luego me llevó a Colombia y dijo: “Pueblo idólatra y hechicero”; “Pocos son los que me sirven”. Luego me llevo a Ecuador y dijo: “Más hechicero que idólatra”; “Son pocos los que me buscan”. De ahí me llevó a África, en África estaban haciendo un sacrificio de niños en una fogata, habían atado a un niño de sus manos y pies a un palo, el niño gritaba desesperadamente y la llama ardiente lo consumía. El Señor Jesús dijo: “Mientras ellos los sacrifican; nosotros los recibimos en el cielo.”

De nuevo volvimos al infierno por el túnel, cuando veo como caen las almas como si fuera lluvia, cuando estas caen; los demonios corren para sacarle su vestidura y colocarle una vestidura sucia. Empezamos a caminar y al instante cae un hombre de nombre Efraín, Efraín angustiado dice: ¿Dónde estoy?; ¿Qué hago aquí?, entonces, rápidamente vinieron los demonios le sacaron su vestidura y le colocaron una vestidura sucia e inmediatamente el Señor Jesús me sacó del túnel y me llevó a Puerto Rico. En Puerto Rico había una campaña evangelística, la mujer que predicaba decía: “Arrepiéntanse, hoy puede ser su último día”. Pero Efraín que estaba ahí, se río y dijo: “Yo tengo todo, yo no creo en eso, yo no me voy a ir a ningún lugar, yo soy feliz acá”. Pero esa misma noche mientras él caminaba unos kilómetros más allá le sale una pandilla de jóvenes y uno de ellos saca un cuchillo grande y se lo pasó por su abdomen y él muere instantáneamente. El Señor Jesús entonces me toma de la mano, me introduce nuevamente por el túnel[5] y ahí me dice: Él es Efraín” -era un joven como de 28 años de edad aproximadamente- Efraín angustiado, se pregunta: ¿Por qué estoy aquí?, ¿Por qué estoy aquí?, ¿Por qué estoy aquí?, El Señor Jesús con tono de voz quebrantada le dice: “Yo toque la puerta de tu corazón y tú no me abriste”, y mientras el  Señor Jesús se da vuelta y me da la mano para seguir caminando, los demonios se llevan a Efraín a su lugar de tormento. Cuando de pronto veo a mi tío gritando, y yo le digo: ¡Tío!, ¡tío! ¿Qué haces aquí?, ¡Solo dame agua decía! Seguimos caminando, cuando veo a mi tía, que se veía muy atormentada, yo le digo: ¡Tía!, ¡tía! “Mamá me dijo que tu recibiste al Señor Jesús en tu corazón”. Y ella me dijo: “Yo era buena, ayudaba a todos, a tu mamá, a muchas personas, nunca pensé venir a este lugar”, ¡Pensé que no existía!, ¡Ayúdame! decía. ¡Ayúdala! ¡Por  



[5] Cada vez que era necesario que el Señor Jesús  llevara a la hermana nuevamente al infierno por el túnel, ella se angustiaba y resistía.  Además, de escuchar la conversación que ella sostenía con el Señor Jesús; veíamos también como su cuerpo se movía intensamente mientras bajaba por el túnel.


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favor¡ le dije yo al Señor. Él entonces me dijo: “Yo toqué la puerta de su corazón y ella no me abrió”. Seguimos caminando y veo a mi mejor amiga de la infancia, corrí para abrazarla, ¡Amiga!, ¡Amiga! Pero el Señor Jesús me dijo: ¡No la toques! y me detuvo de la mano. Le pregunté: ¿Qué pasó amiga?, ¿Por qué estás aquí? Ella respondió: “Me envenené”. ¿Por qué te envenenaste?, ¿Pero si tú eras cristiana? le dije, ella respondió: “No nunca lo fui”, “No pensé que iba a venir a este lugar”. ¡Ayúdame! ¡Sácame de aquí decía! –ella apareció muerta, se había  pensado que alguien la había envenenado, pero no que ella misma lo hubiera hecho- Luego, el Señor me toma de la mano y seguimos caminando, cuando veo a Salomé; el Señor Jesús  dijo: “Ella es Salomé, la mujer que mandó a matar a Juan el Bautista”, ella estaba como degollada y de su garganta salían  muchos gusanos mientras gritaba desesperadamente.

Luego seguimos caminando, cuando de repente el Señor Jesús me suelta de la mano mientras veo a los demonios correr para sacarle rápidamente la vestidura a una mujer que acaba de caer y colocarle la vestidura sucia. Yo, entonces desesperada y angustiada le dije al Señor ¡No me sueltes!, ¡No me sueltes!, ¡Por favor¡ ¿Por qué? ¿Por qué me dejas?, si yo ya estoy diezmando y ofrendando, le dije al Señor, y Él me dijo: “Yo te mandé a que vayas a hablar a mi pueblo de lo que tú habías visto en el infierno[6] ¿Por qué hiciste caso al hombre?, me preguntó el Señor Jesús. (En ese momento me acordé que unos pocos días atrás yo le había pedido el favor a mi líder, -ex líder- de grupo de reunión o de célula de la iglesia en la que me congregaba para que me acompañara a dar mi testimonio a una iglesia a la cual me habían invitado, y ella me dijo que no podía acompañarme porque tenía un compromiso, por lo tanto; el asistir o hacerlo sola o sin permiso o autorización, se convertía en un acto de rebeldía o desobediencia contra mi autoridad en la iglesia. De tal manera que para no entrar en supuesta rebelión había decidido mejor no ir a dar mi testimonio). Y me dice el Señor Jesús: “Esta mujer que estas viendo en el fuego, iba a escuchar tu testimonio y se iba a convertir”. La mujer estaba esperando un bebé; tenía cinco meses de embarazo, había  abortado y muerto en el hospital King College de Londres, y me dijo; que “Por esa alma yo me quedaba”, entonces yo empecé a gritar desesperada y a pedir perdón una y otra vez, y le dije: Qué nunca más iba a hacer caso al hombre sino a Él”, y Él; por su misericordia me sacó de ahí. “Gracias Señor Jesús”.  Yo entonces le dije: Qué iba a hablar a todos y que nunca más iba a callar”. Y Él dijo: “No todos los que me digan ¡Señor!, ¡Señor!, entrarán al reino de los cielos, ese día les diré apartados de mi hacedores de maldad, ahí será el lloro y el crujir de dientes”.


[6] La primera vez que la hermana experimentó la realidad del infierno, fue el 24 de junio de 2.008.

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Salimos nuevamente por ese túnel y me llevó a Estados Unidos, y me dijo con voz quebrantada que de ahí iba a salir el gobierno del 666, aunque yo no podía ver el rostro del Señor Jesús, si veía caer lágrimas en sus sandalias. Luego me llevó a donde los pastores Cash Luna y Maldonado, ellos se estaban dando la mano. Yo le dije muy entusiasmada: “Sí, sí los conozco a mi me gustan sus predicas”,  entonces el Señor Jesús con un tono de voz fuerte y muy molesto me dijo: “Falsos profetas porque han metido cosas de hombre”.  ¡Ten misericordia! ¡Ten misericordia¡ ¡Yo les voy a decir a los pastores, que se arrepientan!, ¡Ten misericordia!, le dije al Señor. Luego veo a Cash Luna en una campaña, y yo le digo pero… ¿Por qué, no entiendo? ¡Si en sus campañas hay milagros! y Él respondió: “Por la fe del pueblo y por mi misericordia”, luego me dice: ¿Quién es el hombre para firmar mi palabra? Me acordé que cuando Cash Luna vino aquí a Londres yo y otros hermanos corrimos a darle la Biblia para que nos la firme. Entonces yo le dije: “Perdóname Señor”, “Perdóname”, "perdóname".

El pastor Carlos Enrique Luna, mas conocido como Cash Luna, es el fundador de la Iglesia Casa de Dios en Guatemala, una de las iglesias más grandes de Latinoamérica, que junto a otras mega-iglesias de la región y a las de mayor tamaño en el mundo entero tienen algo en común, la implementación del modelo G12, o variaciones de éste sistema. El pastor Guillermo Maldonado es el fundador del Ministerio Internacional el Rey Jesús, iglesia cristiana hispana; localizada en Miami, Florida. Estados Unidos. Guillermo Maldonado es también autor de numerosos libros de literatura cristiana, al igual que la mayoría de pastores de iglesias que han implementado el modelo g12, en sus iglesias.  

Luego me llevó a ver a Cesar Castellanos, lo vi en el vaticano dándose la mano con el Papa y el Señor Jesús dijo igualmente: “Falso profeta; ha metido cosas de hombre”, “él nunca me vio”. “Ahí será el lloro y el crujir de dientes”

El pastor César Castellanos es el fundador de la iglesia cristiana Misión Carismática Internacional con sede principal en Bogotá Colombia, la cual opera bajo el modelo g12 o el modelo del gobierno de los doce "G12". César Castellanos es también autor de numerosos libros de literatura cristiana y conferencista internacional del modelo g12.

Entonces, yo le dije: !Ten misericordia!, ¡Ten misericordia! ¡Yo le voy a decir que se arrepienta! De ahí me llevó a la escuela de líderes de la iglesia g12, donde me congregaba yo me veo estudiando y muy entusiasmada pensando que me iba a felicitar le digo !Sí! ¡sí! Yo estudio ahí, y el Señor Jesús me dice: ¿Por qué estudias libros que han metido cosas de hombre y no estudias mi palabra? 

Luego me llevó a ver a Benny Hinn, y dijo el Señor Jesús con un tono de voz  muy molesto: ¿Quién es el hombre para vestirse como yo...?, yo le dije “Sí Señor solo Tú te pones de blanco, yo le  voy a decir, que solo tú eres el Rey”.  Yo le voy a decir, ¡Ten misericordia!

De ahí me llevó a Estados Unidos a una iglesia donde había un avivamiento muy grande, ellos dicen, dijo el Señor: “Que yo mande a la tierra un ángel que traería un avivamiento del Norte, del Sur, del Este y del Oeste”, Esas lenguas que ellos hablan no son mis lenguas”. De ahí me llevó a un pueblo en las afueras de Londres donde había un grupo de siete u ocho mujeres reunidas hablando en lenguas, tenían el cabello largo y faldas largas. El Señor Jesús dijo que “Estaban hablando en lenguas y que esas lenguas eran como el día de Pentecostés cuando el Espíritu Santo había sido derramado” y que “Esas mujeres eran suficientes para llevar buenas nuevas a todo este pueblo”. De ahí me llevó a donde un pastor cerca de Londres donde él junto con una mujer que cantaba y adoraba al Señor estaban en adulterio. Yo le dije al Señor Jesús: ¡Ten misericordia!, yo les voy a decir que se arrepientan.

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De ahí me lleva a donde mi familia, vi a mi madre barriendo en su casa y me dijo el Señor Jesús: “Que ella se iba ir al infierno si no perdonaba a mi padre”, yo le dije sorprendida: ¡Que yo no sabía que no había perdonado; pues ella es cristiana!, ¡Dale una oportunidad a mi madre!, le dije al Señor: ¡Yo le voy a decir, yo le voy a decir!, de ahí me llevó a Madrid España, a donde mi hermano, y me dijo que él “Se iba a suicidar y que se iba a ir al infierno”, yo le dije: ¡No Señor! ¡No permitas que lo haga! ¡Dale una oportunidad; ten misericordia, yo le voy a decir; yo le voy a hablar!. De ahí me llevó a ver a mi suegro, lo vi sentado en un sillón, yo le dije al Señor que “Él ya había recibido a Jesús” y el Señor me respondió que “Muchas veces tocó su corazón pero que él no lo dejó entrar”. Yo le dije: ¡Ten misericordia!, ¡Yo le voy a decir!, ¡Yo le hablo!, ¡Yo no sabía que él no te había recibido! le dije. Luego me llevó a un hospital y ahí en una cama estaba una amiga ¡Sí, sí yo la conozco! le dije al Señor, y Él me dijo: “Que se iba a ir al infierno porque había maldecido a Dios”,  ¡Yo no sabía que ella te había maldecido! le dije, ¡No la mandes allí! ¡Ten misericordia!, “Yo le voy a decir” le dije al Señor.[7]

Luego me llevó a Jerusalén, vi a unas mujeres que danzaban y me dijo que “Así quería que el pueblo le dance porque han metido cosas del mundo en las iglesias”.

Cuando la hermana despertó, muy angustiada se preguntaba dónde estaba, y quería salir corriendo para ir a su país a decirle a su familia que tenían que arrepentirse; que tenían que componer sus vidas, y tenía también premura por ir a evangelizar ¡Hay que ir a evangelizar! ¡Hay que ir a evangelizar! decía una y otra vez. Buscó también su Biblia y rápidamente arrancó la hoja donde tenía la firma del Pastor Cash Luna. Tenía los ojos rojos, y su cara inflamada, sentía que estaba ardiendo y como ampollas en los labios y en sus pies, se quitó rápidamente las medias y sus zapatos y bebió mucha agua sin parar, nosotros le decíamos ¡Tranquila!, ¡Tranquila!, hermana, ¡Vamos a decirles!, ¡Vamos a ir! Habíamos sido testigos de lo que el Señor Jesús por su gran misericordia quiso que ella y nosotros viéramos,  escucháramos,  entendiéramos, y comprendiéramos ¡Gloria a Jesús¡, y que hoy por las misericordias del Dios Vivo, por las misericordias del Dios Grande, del Dios Santo, Todopoderoso, Eterno y misericordioso,  tú también pueblo de Dios has visto, has escuchado, has entendido y has comprendido. Amén. ¡Gloria al que vive y reina por los siglos de los siglos¡ Amén.


También dijo el Señor:
¡No pisoteen la sangre de Jesús!

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3.16).

[7] Acompañamos a la hermana a llevar el mensaje del Señor a aquella hermana que ella vio en el hospital y ella escuchó, y recibió el mensaje, y se arrepintió. Gloria a Dios. También fue enviado este mensaje escrito y por medio de una carta a los pastores en mención y de forma inmediata posterior a las visiones y por instrucción del Señor Jesús. Amen.

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"No busquen cosas materiales". "Tenéis oído escuchad, tenéis ojos y han visto". ¿Qué más dudas?

"Hoy han entrado a la tierra prometida; hoy sus cadenas han sido rotas"

Salmo 27.
27:1 Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré?
Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?
27:2 Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos,
Para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron.
27:3 Aunque un ejército acampe contra mí,
No temerá mi corazón;
Aunque contra mí se levante guerra,
Yo estaré confiado.
27:4 Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré;
Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida,
Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.
27:5 Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal;
Me ocultará en lo reservado de su morada;
Sobre una roca me pondrá en alto.
27:6 Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean,
Y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo;
Cantaré y entonaré alabanzas a Jehová.
27:7 Oye, oh Jehová, mi voz con que a ti clamo;
Ten misericordia de mí, y respóndeme.
27:8 Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro.
Tu rostro buscaré, oh Jehová;
27:9 No escondas tu rostro de mí.
No apartes con ira a tu siervo;
Mi ayuda has sido.
No me dejes ni me desampares, Dios de mi salvación.
27:10 Aunque mi padre y mi madre me dejaran,
Con todo, Jehová me recogerá.
27:11 Enséñame, oh Jehová, tu camino,
Y guíame por senda de rectitud
A causa de mis enemigos.
27:12 No me entregues a la voluntad de mis enemigos;
Porque se han levantado contra mí testigos falsos, y los que respiran crueldad.
27:13 Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová
En la tierra de los vivientes.
27:14 Aguarda a Jehová;
Esfuérzate, y aliéntese tu corazón;
Sí, espera a Jehová

      ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas¡ por que cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando (Mateo 23:13). 

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¡Arrepiéntanse!, ¡Arrepiéntanse!, ¡Arrepiéntanse!, ¡falsos profetas! ¡falsos apóstoles!, ¡falsos maestros!, ¡falsos ministros del Dios Viviente, Santo y Verdadero! que han apostatado de la verdadera fe en Dios y han guiado mal al pueblo de Dios amontonándose en el altar de Dios, y las iglesias de Dios, para crear su propio reino; un reino de hombres, un reino terrenal, un reino carnal donde solo hay vanagloria y amor propio, un reino donde ellos son los ídolos y sus seguidores a ellos oyen y obedecen “No erréis”, “No erréis”; “ni los injustos”, “ni los fornicarios”, “ni los idólatras”, ni los adúlteros”,  “ni los ladrones”, “ni los avaros”, “ni los mentirosos”, “ni los herejes”, “heredaran el reino de Dios” (1 Corintios 6:9-10); (Apocalipsis 21:8); (Gálatas 5:20-21), “tampoco los cobardes” e “incrédulos” (Apocalipsis 21:8). Un gobierno de hombres, con muchas actividades; hacen campañas,  inventan congresos, llenan estadios, pero no para predicar la palabra del Dios Santo, no para predicar la palabra de vida eterna, no para predicar la sana doctrina; que es conforme a la piedad, sino, para predicar otro evangelio diferente, aunque no es que haya otro; sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo (Gálatas 1:7). “Introduciendo toda clase de herejías”, “Introduciendo cosas de hombres”, “Abandonando al Señor”, “Negando al Señor que los rescató”, “Ocupando el lugar de Dios”, “Haciéndose pasar por Dios” y “Tomando la piedad como fuente de ganancia”. 

       El movimiento apóstata, ha cambiado para beneficio propio y para perdición del alma, la preciosa “Semilla” que es la “Palabra de Dios” (Lucas 8:11) para “Vida Eterna”, por el dinero. La “Semilla” en el Reino de Dios es “la bendita Palabra del Dios vivo”; la cual es una semilla incorruptible que brota para vida eterna y no una semilla corruptible como el oro y la plata para perdición del alma. Han cambiado los frutos del Espíritu por las obras de la carne; por diversos deleites carnales como: bienes, edificios, riquezas, lujos, prosperidad, amor propio, autoestima, y demás cosas vanas. Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así  que, por sus frutos los conoceréis. No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad(Mateo 7.15-23). El camino de la verdad ha sido blasfemado; y el nombre Santo de Dios profanado por hombres sensuales, lisonjeros,   

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amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, que han profetizado de su propio corazón; falsos profetas, falsos maestros; que no enseñan la verdad, mas enseñaron al pueblo a pecar contra el Dios Eterno, Misericordioso y Santo que nos dio la vida. Dios "no busca multitudes"; Dios no busca números, Dios busca corazones humildes, arrepentidos, contritos y humillados, que se conviertan de su pecado y alcancen misericordia de Dios, Aleluya, y que lo busquen en Espíritu y en verdad, ovejas que oyen Su voz y le sigan y alcancen salvación. Gloria al Señor. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).

       Hoy es tiempo de gran apostasía en la iglesia; las iglesias están llenas de falsos profetas, falsos maestros, falsos apóstoles, falsos ungidos, anticristos (2 Juan 1:9); (1 Juan 2. 18-25); (Mateo 10.32-33). Y el infierno está lleno de aquellas personas que perecieron por falta de conocimiento, porque desecharon el consejo y la ley de Dios; por desobediencia, porque fueron sabios en su propia opinión, también está lleno de aquellos que intentaron entrar por la puerta angosta pero no pudieron porque han servido a dos amos, no podemos servir a dos señores; o servimos al mundo o servimos a Dios: “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas” (Mateo 6:24). Pero hoy, Dios por su gran misericordia ha quitado también de vosotros la venda  que no os dejaba ver… por eso pues, ahora, dice Jehová: Arrepentíos, Arrepentíos, Arrepentíos y convertíos a Jehová vuestro Dios, con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento”, “A Jehová de los ejércitos, a Él santificad; sea Él vuestro temor, y Él sea vuestro miedo”, “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”, “lavad vuestros vestidos”, “Velad, y preparad el camino del Señor”. Gloria al Señor, Aleluya.


PUEBLO DE DIOS: “NO TEMAN, YO TOMO EL CONTROL”
(Viernes, 14 de mayo 2010)

Esa misma noche -luego de la visión en el infierno- reunidos en la sala de la hermana; bastante aturdidos luego de haber visto y de haber escuchado, era para algunos de nosotros más fácil de asimilar que para otros; y aunque no alcanzábamos todavía a ver la magnitud de las cosas era claro que debíamos salir de ahí inmediatamente; “No seáis, pues, partícipes con ellos. Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz” (Efesios 5.7-8). No obstante, otros hermanos atónitos aún no lograban pensar con claridad y deliberaban al respecto; pues en medio de su asombro y las 

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diferentes responsabilidades y compromisos adquiridos por algunos de ellos en la iglesia, existía; además la presión de un evento evangelístico  –o pesca, como ellos llaman- que se llevaría acabo amaneciendo ese mismo día; en el cual, casi todos estaban comprometidos, así como también el hecho de tener familia dentro de la iglesia que tal vez en ese momento no comprenderían. De repente, la hermana que ya se había recuperado un poco de la visión y de la experiencia anterior empieza a tener otra visión; en palabras de la hermana: “En medio de esa confusión entre mis hermanos empezaron a bajar ángeles, el arco iris se formó sobre la pared y empezó a caer oro, y sobre las sillas aceite, una bandera blanca se extendió en la sala y una paloma daba vueltas alrededor de nosotros. Luego, se abrió el cielo y le pedí a mis hermanos que hicieran silencio ya que los ángeles estaban cantando ¡Callen hermanos! les dije, ¡Escuchen! luego bajaron más ángeles y se colocaron alrededor de cada uno de nosotros y vino a mi palabra del Señor para decir: ¡No temas!, ¡Él está contigo!, ¡Él toma el control¡, ¡Él te ha libertado!, ¡Él te ha restaurado!, ¡Él te ha levantado en fe! Nuevamente les dije: ¡No tengan temor!, ¡Él toma el control de nosotros!, ¡No se preocupen; Él toma el control!, ¡Preocúpense de no perder su alma! Luego, los ángeles empezaron a darnos a cada uno una rosa del jardín del cielo, después de ello no recuerdo que pasó”.

Solo Dios que escudriña lo más profundo de los corazones, y nos conoce por dentro y por fuera, cada pensamiento que tenemos y cada paso que damos (Salmo 139.1-3), sabe exactamente lo que en ese momento estaba pasando por el corazón de Su pueblo. De repente; la hermana se desvaneció nuevamente en el piso y con su mano en el aire -con gesto de escritura- empezó a escribir mientras decía en voz alta lo que iba escribiendo, esto dijo el Señor:


Pueblo de Dios:

“Yo tomo control, ustedes Irán a ser movidos; pueblo de Dios oíste y viste, haced caso; dónde hay dos o tres en mi nombre ahí estoy yo. Yo Soy el alfa y la omega, el principio y el fin, antes y después de mi no hubo otro”.

Escriban la hora dijo el Señor (eran las  2:25 de la mañana del día 15 de mayo de 2010), y sabrán que Yo Soy el que saco cautivo del pueblo, toda ceguera hoy ha caído; ¿Qué más queréis?, ¿Qué más queréis?, ¿Qué más queréis?  -Dijo tres veces- ¿Queréis que los lleve también a ustedes y los deje allá?, ¿Por qué hacen caso al hombre?; ¿Qué temor?, ¿Él te salva?, ¿No fui Yo Quién entregó mi vida por ustedes? Dejé todo, dejé mi trono para venir a morir por ustedes. ¿No creéis que de siete u ocho puedo salvar a muchos? He mandado mar cristalino, he mandado copas, aceite, oro, y dudáis, he mandado mi arco iris del pacto ¿Por qué dudáis?; Corazón de piedra tenéis. ¿Queréis que mande trueno, relámpago para que me creáis? Yo Soy que doy la vida y la quito cuando quiero, yo los cree a mi imagen, te di soplo de vida, le di para que señorease la tierra, todo lo que   

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hay en la tierra; todo se lo di, pero… ¿Creéis que no puedo hacer mucho más?, ¿Dudáis? Gente incrédula, gente perversa, ayunáis de boca, por afuera decís: tengo fe, y no creéis nada, decís yo creo y no creéis.

Hoy tomaron un banquete; Yo fui el que los convoqué, pero me dolió; les he mostrado todo y habéis dudado. Son como mi pueblo Israel, pasé por ahí, comí, bebí con ellos, me vieron, y me entregaron.

Luego dijo: (1 Corintios 13).

13:1 Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. 13:2 Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. 13:3 Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.13:4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; 13:5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 13:6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. 13:7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 13:8 El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. 13:9 Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos;
13:10 mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará.
13:11 Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño.
13:12 Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.
13:13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.

Y finalizó diciendo...“Página 68”. Este mensaje para la iglesia de Cristo quedó entonces registrado tanto en el cielo como en la tierra; al igual que el mensaje dado en la visión en el cielo. !Aleluya. Glorias a Dios!


Luego de escuchar esto volvimos a quedar perplejos, se fue la presencia de Dios y los ángeles recogieron todo aquello que habían traído; sentimos entonces un vacío muy intenso, fue como si hubiéramos estado en una lugar caliente y luminoso –sin ser muy conscientes de ello sino hasta que se fue- y de repente; nos encontramos en un lugar frío y con poca luz; apenas viéndonos unos a otros: “Tú solo eres Jehová; tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con todo su ejército, la tierra y todo lo que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos; y tú vivificas todas estas cosas, y los ejércitos de los cielos te adoran” (Nehemías 9:6); unos a otros nos mirábamos perplejos, ahora, ya no estábamos solo aturdidos, ahora estábamos asustados y muy angustiados, luego de escuchar lo que escuchamos, entonces, rostro en tierra lloramos amargamente y pedimos perdón y misericordia. ¿Es sabiduría contender con el Omnipotente? El que disputa con Dios, responda a esto. 


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“Entonces respondió Job a Jehová, y dijo: He aquí que yo soy vil; ¿Qué te responderé?  Mi mano pongo sobre mi boca. Una vez hablé, mas no responderé; aun dos veces, mas no volveré a hablar” (Job 40.2-5). “De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza” (Job 42.5-6). Y mientras la hermana nos miraba sin comprender lo que estaba pasando, así como se fue lo que los ángeles habían traído consigo, de repente, todo volvió; y dijo el Señor a través de su voz: “Pero mi misericordia es más grande”. !Gloria a Dios, Aleluya. Aleluyas al Señor!

Así fue que esa madrugada según cada uno tuvo una mayor convicción de hacer; eso hizo, unos no volvimos nunca más a pesar de los compromisos adquiridos y del evento programado para ese día mientras esperábamos el momento oportuno y la dirección de Dios para darles el mensaje, “Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré” (2 Corintios 6:17); otros fueron ese mismo día para llevarles el mensaje y se regresaron a su casa, “Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos” (Jeremías 15:19), y otros decidieron que tenían que esperar el momento oportuno para salir; según había finalizado el Señor con (1 Corintios 13), lo cual fue solo cuestión de días. Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre” (1 Timoteo 6:11), y la santidad sin la cual nadie verá al Señor (Hebreos 12:14).


HOY NUESTRAS CADENAS HAN SIDO ROTAS: “HOY HEMOS ENTRADO A LA TIERRA PROMETIDA”

               Y clamaban a gran voz, diciendo: la salvación pertenece, a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al cordero” (Apocalipsis 7:10). Pueblo de Dios, la salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al cordero y no a un hombre. “Así, como la bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén”. (Apocalipsis 7:12). Nunca, Nunca, Nunca, debemos poner nuestra confianza, nuestra esperanza, ni fijar nuestras expectativas en un hombre. Jamás podemos poner nuestra mirada en alguien diferente a Jesús: “Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios” (Hebreos 12:2); ni siquiera, si es un siervo útil y aprobado por Dios, el apóstol Pablo; quien fue un "fiel ministro" del "Verdadero evangelio de Cristo", se 

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refería al respecto diciendo de sí mismo: ¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios.  Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento.  (1 Corintios 3.5-7). Aleluya, el apóstol Pablo, tú y yo, somos como la hierba, que pasa el viento por ella, y perece y ya no es más: “El hombre, como la hierba son sus días; florece como la flor del campo, que pasó el viento por ella, y pereció, y su lugar no la conocerá más” (Salmo 103:15-16). Porque ¿Qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece (Santiago 4:14). “Sécase la hierba, marchitase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre” (Isaías 40:8). Aleluya. Gloria al Señor; por los verdaderos ministros del Dios altísimo, cuyas rodillas no se doblaron ante Baal, porque vuestro galardón es grande en los cielos y porque cada uno recibirá recompensa conforme a su labor (1 Corintios 3:8). “Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún” (Hebreos 6:10). Amén. Por lo que sea siempre nuestra confianza y fidelidad, glorias, honra y alabanzas, al Dios Altísimo y Sublime, por quien son y subsisten todas las cosas, quien da la vida, y también la puede quitar para siempre. Aleluya. “Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas” (Apocalipsis 4:11). “Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado” (Daniel 3:18). Y si perezco, que perezca (Ester 4:16). Aleluya.


EL DEBER DEL ATALAYA
Los que teméis a Jehová, confiad en Jehová;
El es vuestra ayuda y vuestro escudo. (Salmo 115:11)


Ezequiel 33.6-20. 

33:6 “Pero si el atalaya viere venir la espada y no tocare la trompeta, 
y el pueblo no se apercibiere, y  viniendo la espada, hiriere de él a alguno, éste
 fue tomado por causa de su pecado,  pero demandaré su sangre de mano del atalaya.
33:7 A ti, pues, hijo de hombre, te he puesto por atalaya a la casa de Israel, 
y oirás la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte.

33:8 Cuando yo dijere al impío: Impío, de cierto morirás; si tú no hablares 
para que se guarde el impío de su camino, el impío morirá por su pecado, 
pero su sangre yo la demandaré de tu mano.

33:9 Y si tú avisares al impío de su camino para que se aparte de él, 
y él no se apartare de su camino, él morirá por su pecado,
 pero tú libraste tu vida”.


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33:10 Tú, pues, hijo de hombre, di a la casa de Israel: Vosotros habéis hablado así, diciendo: Nuestras rebeliones y nuestros pecados están sobre nosotros, y a causa de ellos somos consumidos; ¿cómo, pues, viviremos? 
33:11 Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel? 
33:12 Y tú, hijo de hombre, di a los hijos de tu pueblo: La justicia del justo no lo librará el día que se rebelare; y la impiedad del impío no le será estorbo el día que se volviere de su impiedad; y el justo no podrá vivir por su justicia el día que pecare. 
33:13 Cuando yo dijere al justo: De cierto vivirás, y él confiado en su justicia hiciere iniquidad, todas sus justicias no serán recordadas, sino que morirá por su iniquidad que hizo. 
33:14 Y cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; si él se convirtiere de su pecado, e hiciere según el derecho y la justicia, 
33:15 si el impío restituyere la prenda, devolviere lo que hubiere robado, y caminare en los estatutos de la vida, no haciendo iniquidad, vivirá ciertamente y no morirá. 
33:16 No se le recordará ninguno de sus pecados que había cometido; hizo según el derecho y la justicia; vivirá ciertamente. 
33:17 Luego dirán los hijos de tu pueblo: No es recto el camino del Señor; el camino de ellos es el que no es recto. 
33:18 Cuando el justo se apartare de su justicia, e hiciere iniquidad, morirá por ello. 
33:19 Y cuando el impío se apartare de su impiedad, e hiciere según el derecho y la justicia, vivirá por ello. 
33:20 Y dijisteis: No es recto el camino del Señor. Yo os juzgaré, oh casa de Israel, a cada uno conforme a sus caminos.

Isaías 51.16.
Y en tu boca he puesto mis palabras, y con la sombra de mi mano te cubrí, extendiendo los cielos y echando los cimientos de la tierra, y diciendo a Sion: Pueblo mío eres tú. 

Apocalipsis 22.6-21
22:6 Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto. 
22:7 ¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro. 
22:8 Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas. 
22:9 Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios. 
22:10 Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca. 
22:11 El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía.
22:12 He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a  
 cada uno según sea su obra.

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22:13 Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último.
22:14 Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad. 
22:15 Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira. 
22:16 Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana. 
22:17 Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.
22:18 Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. 
22:19 Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro. 
22:20 El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús. 
22:21 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.



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